Cuando la razón y los sentimientos están discutiendo siempre gana lo que sientes, pero la razón se venga de ello y te hace atormentaste por tu decisión. Es por eso por lo que sufres, porque te engañas a ti mismo y sabes que te estás autoengañando. Aún asi dejas a la mente a un lado una y otra vez, una y otra vez... hasta que acabas comprendiendo que la realidad es que la razón es la que gana siempre, que los sentimientos solo lo hacen en la ficción y que ese cuento ya acabó.