Repentino producto del destino.

No te diré nunca lo mucho que me gusta la sensación de tu piel sobre mi piel, ni mucho menos te contaré el cosquilleo que siento cada vez que me das ese primer beso. Jamás te admitiré que te echo de menos a los diez minutos de que te hayas ido, que me encanta agarrarme a tu espalda mientras me lo haces lento y... cuando te paras y me besas... no se, es una sensación tan cálida, tan extraña, el sentirme de alguien que no soy yo... tuya. Pero claro, eso nunca lo sabrás, si me dijiste que me haría adicta a ti no te equivocabas, adicta a ti, tú, mi única y adictiva droga, esa droga que nunca pensé probar y que un dia probé de repente, repentino producto del destino, eso somos tú y yo, un extraño producto del destino, y ahora... agárrame fuerte, bésame con furia, muérdeme el labio como si se te fuera la vida en ello, desvísteme lentamente como ese regalo tan esperado listo para abrir y juguemos... juguemos a ser niños, niños mayores que tienen un nuevo juego del que solo y únicamente seremos testigo tú y yo.